Triunfan los metales y maderas en estado puro y los materiales pétreos naturales o de imitación.

Respecto a los acabados, abundan los tonos neutros y el sentido común. Barnices naturales o con un ligero tono de color. El justo, no más. Pero nada de un color chillón y llamativo, no. Se llevan los colores nórdicos, los blancos y los acabados monocromáticos.
Sutileza y simplicidad a la par que funcionalidad: El diseño es más que sólo la estética.